sábado, 29 de marzo de 2008

RENATA

Tal parece que por aquí nadie se atraviesa, pero igual no es que importe mucho por ahora, ya que si no se lo doy a conocer a nadie, pues como complicada la vaina.
Por eso mismo pues me siento con más libertad de andar publicando pendejadas y babosadas, como esas de contarle a todo el mundo lo que ando leyendo por estos días y que me tiene completamente fascina, Angosta de Faciolince; debo decir que tiene de los peores diálogos que he podido leer jamás en una novela, pero que se salva magistralmente por su buen contenido, su reflejo "ficcionario" de la realidad colombiana y la inclusión de historias graciosas y llenas de apuntes que halagan al lector y ofenden a otras lectoras (léase el apartado de la mitad del libro).
Pero bueno, ese no es el tema que me trae hoy por estos lados que tenía bastante abandonados por falta de motivación. Resulta que hace un par de semanas (talvez unas 4 o 6, no recuerdo bien) me encontraba revisando mi correo y vi el panfleto ese raro que me llega de confabulacion, un periódico virtual que jamás he entendido por qué me llega, pero que no dejo de leerlo cada que puedo, tiene sus cositas medio interesantes. En fin, el cuento es que estaba leyendo el periódico y me enteré de una convocatoria del distrito para un taller de cuentos, y como casi todo lo del distrito es gratis y a mi me fascina ese mmm... digamos, adjetivo, pues me le pegué de una, envié mis textos, una minificción y un par de relatos cortos, uno de ellos es Mierda de pájaro, publicado mas abajito, los otros dos textos los subiré pronto, apenas haga unas pequeñas correcciones de estilo -o cuando se me antoje-. Luego de un tiempo, ni me acordaba yo de la tal convocatoria esa, y tráquete, he sido seleccionado, que bien, me alegró la noche que llegaba después de uno de esos días que no valen la pena vivir, envié el correo de confirmación y fue hoy la cita en la biblioteca El Tunal. Primero que todo, súper bonita la casita esa, bien moderna, un diseño rústico, pero con muchas curvas, llena de espacios amplios y un detalle muy bonito y es la posibilidad de ver entre salas, mejor dicho, yo no se nada de arquitectura, así que no sabría definir bien lo de la visibilidad, pero en fin, regresemos a lo de Renata, ah si, porque así se llama el grupo de gente que organiza la cuestión. Renata es un grupo de escritores o de talleristas de literatura -no se bien como es el cuento- o como que de los dos, que se dedican como a hacer obras de caridad con la gente que quiere escribir y pues le dan el palancazo. Yo, completamente ignorante de lo que se venía, llegué al taller y me di cuenta que la gente es básicamente la misma de todos lados, los que se ve que leen todo lo que encuentran, los que no cogen el libro sino para adornar bibliotecas, los que trabajan duro para sacar un buen texto y los que no dejan de escribir porque no saben que mas hacer; yo no se de cual seré, pero soy de los buenos.
Renata cautiva y atrapa, seduce con sus propuestas y sobre todo con su experiencia, no puedo dejar de verla como una mujer atractiva y bastante aprovechable, algo así como una puta con contactos, sobre todo eso, contactos.
Esperemos que el taller salga bastante productivo, hay que darle con toda y a partir de ella, se alimentará el blog -o eso espero, para seguir con la cadena de mujeres que inspiran-.
Buenas noches.

2 comentarios:

Samuel Andrés Arias dijo...

Hola, Frank:
Bacano tu blog. Es la prueba de que las fracturas son un estimulo para la creación literaria. Cuando seas famoso podrás decir que los clavos y placas que tienes en tu pierna son la esencia de tu inspiración. ¡Ja, ja, ja!
Hay un asunto sobre los talleres literarios que quiero comentar. Si quiere ser pianista, toma clases; si alguien desea ser pintor, toma clases; si alguién quiere ser bailarín, toma clases; pero es habitual pensar que quien quiere ser escritor... sólo debe escribir. ¡Qué mentira! Al igual que todas las artes y artesanías, como en la carpintería, el escritor debe meterse en el taller, coger el pedazo de madera y tallar, equivocarse, perder material, cortarse, llorar, reír, hasta que algún día salga algo medianamente aceptable. A mí me encanta esta cita de Capote que tengo en la Caja de citas de mi Blog
"Al principio fue muy divertido. Dejó de serlo cuando averigüé la diferencia entre escribir bien y mal; y luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero; es sútil, pero brutal. ¡Y entonces cayó el látigo!".

Frank dijo...

Si, tal vez es cierto que el escritor se debe construir y se debe formar, pulirse, pero digo que no es tan necesario hacerlo simplemente por medios digamoslo tan académicos o catedráticos, sino que el que desarrolla individualmente su proceso también es funcional, este es tal vez un proceso un tanto mas largo y engorroso, pero ibre y dinámico.
Sin embargo debo tambien reconocer que no he escogido el segundo, sino que me he apegado bastante a lo de los talleres y las cuestiones de la enseñanza, y ahí voy.