viernes, 25 de abril de 2008

Sentido Animal

Para Laura, nada personal.

Todo es irreal, tan solo un soplo y las coincidencias se dan

tan solo un giro y todo puede cambiar

que es ficción que es realidad,

nada

al fin y al cabo todo puede pasar.

La conocí hace un año, del modo más patético que puedes conocer a alguien, en un Chat. Ella estaba fuera del país, pero igual era como si estuviera cerca, hablábamos todas las noches, en una ventanita de computador en la que expresábamos nuestras ideas, nos conocíamos y dejábamos ver el lado amable que siempre mostramos. Meses después regresó al país, estaba llena de sueños e ilusiones, una carrera por terminar y una familia en caos completo.

Luego de casi dos meses nos vimos, era completamente distinta a lo que me esperaba encontrar, sin embargo era fascinante, hablaba de todo y conocía muchas cosas que compartíamos de manera tácita. Nuestra primer cita fue en un lugar alejado de todo y de todos, como si quisiéramos olvidarnos del mundo comenzamos a caminar por aquella montaña, subimos y subimos hasta cansarnos, la conversación pasaba de un tema a otro espontáneamente. Las cosas se daban fácilmente, no había prejuicios a pesar que ella era una mujer que tenía mil veces el dinero que yo alguna vez podría conservar en mi bolsillo. De repente nos dimos cuenta que los sentimientos y la relación había trascendido, ya no éramos dos entes detrás de una máquina, éramos dos personas caminando juntos, cogidos de la mano, expresando ideas, sintiendo, viviendo. En este momento recuerdo con un cigarrillo aquel día y siento como vuelven a mi aquellas imágenes, la ciudad bajo nosotros, víctima de nuestras emociones, cómplice de aquella cita.

Meses después éramos novios, teníamos una relación basada netamente en el sexo y el amor que ella me juraba, yo me aprovechaba de ella, quería conocer su mundo, salir a los lugares de moda, pertenecer a un grupo que no era el mío; lo único que quería de ella era su vida. No puedo decir que no la amé, o que jamás sentí algo por ella, pero como todo, el amor también se acaba, la gente se interpone y las relaciones se dañan. Después de cuatro meses terminamos, dejamos de hablarnos, yo me escudé en el alcohol y jamás volví a verla.

Un año después nos hemos reencontrado, he vuelto a verla y decidimos salir juntos, las cosas no han cambiado mucho, su aspecto es el mismo, solo que yo ya no soy un idiota pretendiendo ser, ahora SOY ese idiota. Decidimos vernos en mi casa, aquella que queda en la mierda, lejos de todo y de todos, ella necesitaba algo, lo sabía. Entramos en mi cuarto, de inmediato puse a sonar algo de la música que solíamos escuchar juntos, extrañamente ella también ha cambiado y me exige colocar algo de lo que antes detestaba. La conversación que se da es tan solo una actualización, noticias nuevas y reclamos antiguos, como era de esperarse pasamos a recordar viejos momentos, lugares comunes, sensaciones particulares. No podía seguir con aquello, el amor revivía, la excitación seguida del explícito deseo sexual llenaba el ambiente. No lo soporté mas, decidí invitarla a comer, pero no sabía que la cena iba a ser este cuerpo.

Sorpresivamente me encontré en ella, besando su cuello, acariciando un par de senos espectaculares grandes y siempre disponibles que tanto disfrutaba antes. No podía besarla, no en los labios, me sentía como si me estuviera traicionando a mi mismo, había jurado no volver a ella, no estar de nuevo con aquella mujer que cambió todo en mi, aquella que me hacía sentir la libertad del sexo sin prejuicios. Pero fracasé como siempre, no pude resistirme, él es mas poderoso que yo, manda sobre todo mi cuerpo, me dice que hacer y cuando hacerlo, y ese era el momento.

Ella no era estúpida sabía que si no la besaba era por algo, así que se molestó conmigo y me dijo que se sentía como una puta a la que no se le permiten los besos.

No, no era ella, era yo, la estúpida pelea interna entre las emociones y las ideas que no me permitían hacerlo, sin embargo de nuevo él, reclamó lo suyo y me obligó a besarla; no digo que no quisiera, sólo que no lo deseaba.

Nos fundimos en un beso profundo y dulce, beso lleno de recuerdos y completamente excitantes, la tiré en la cama, seguí pegado a sus pezones que ya estaban listos, duros y firmes pidiendo succión. Ella se detuvo, me recordó que no estábamos solos, que había más gente en la casa. Maldita sea, no podía dejar pasar este momento, puta vida, era el momento preciso, ya era todo calor, ya era todo emoción, ya no reaccionaba ante ideas.

Le propuse irnos a otro lado, un sitio donde pudiéramos hacer lo que quisiéramos sin que nadie nos molestara. Accedió, no lo dudó, quería terminar lo que habíamos empezado, no podía dejar las cosas sin terminar. Cogimos un bus y fuimos a dar en un motel.

-habitación sencilla por favor, 3 horas. Ah y una cerveza.- dije a la camarera mientras observaba aquel ambiente tan bien conocido por mi y nuevo para ella, las paredes llenas de una pintura esmaltada que permitían lavarlas fácilmente, supongo que era por cuestiones de higiene, uno nunca sabe donde podrían escupir los demás.

Me sentía extraño, siempre me sucede, es incómodo entrar a una residencia, ya sabes que es lo que vas a hacer, no hay vuelta de hoja, solo entras, pagas, te acuestas, te desnudas, la penetras un par de veces y luego te vas.

Nos acostamos y como siempre encendí la televisión, no me gusta el silencio en estos sitios, puse cualquier canal y comenzamos a besarnos nuevamente, casi instantáneamente me vi envuelto en ella, desnudo, en su interior, empujando mi verga hasta el fondo, hasta que ella gimiera cada vez mas y mas. No podía detenerme siempre era placentero hacerlo con ella. Siempre fue divertido, siempre fue excitante, su aroma, su piel, la sensación de tenerla sobre mi, cargando su cuerpo, liberándonos de todo, olvidando el mundo, siendo nosotros uno solo, esperando que las carnes superaran lo físico y se manejaran, se acoplaran. El sexo no es solo sexo, es una expresión animal, es la resolución del cuerpo, si, así lo veo yo, como si nada de lo que hubiera en este mundo importara tanto o tan poco, el sexo es solo eso, sexo, sentimiento animal, instinto.

Nunca he podido hacerlo bien, nunca he sentido mayor cosa que lo que siento mientras me masturbo, sin embargo, aquella noche, era perfecta para este pedazo de carne tieso y esperando botar su líquido como una ballena que sale a la superficie a respirar. Lo hicimos no se cuantas veces, siempre del mismo modo, siempre exigiendo nuevas cosas, siempre pidiendo algo más del otro, siempre pensando en uno, pero al mismo tiempo creando formas de placer para el otro. La cerveza había hecho su efecto, solo necesitaba de una para querer siempre lo mismo, ir por detrás.

Empezamos a revolcarnos nuevamente y yo la puse en cuatro, como a un perro que su amo quiere castigar comencé a manejar sus caderas, dirigiéndola por su pelo, su centro era tibio, húmedo, regocijante de placer, palpitaba fuerte y pedía más y más; creí que había llegado el momento, sin decir nada la agarre fuertemente de sus nalgas, las traje hacia mi con un golpe seco y fuerte, se unieron a mi pelvis, lo hice un par de veces más, cada vez mas fuerte y al final saqué mi verga sedienta y ataqué sin clemencia, un grito de dolor circuló por los alrededores, su ano era demasiado estrecho y yo no alcanzaba a penetrar bien en ella, gritó desesperada de dolor, no quería seguir, pero yo ya no era consciente, mis sensaciones habían poseído todo lo que tenía de racionalidad, así que no me detuve, seguí intentándolo, ella siguió gritando, gimiendo, sollozando, no me importaba, era mi placer, ya no existía más gusto por ella, ya no habían emociones, ya no habían sentimientos, ya no había humano, ahora era solo animal. Solo carne exigiendo placer.

Terminé en su interior, no pude evitarlo, tardé menos de 10 minutos en hacerlo mientras ella seguía gimiendo y exigiendo que parara; me detuve, lo saqué, le di vuelta y la besé.

Hoy sigo recordando aquel momento. No nos volvimos a hablar, ella sigue pensando en mi, yo sigo pensando en aquella noche y en otras tantas que pasamos juntos teniendo sexo. Supongo que ahora hay alguien mas que se revuelca dentro de ella, que la hace sentir todo lo que yo nunca pude, que la hace correrse desesperada envuelta en sudor y placer. Pero sin embargo se que aún me extraña y extraña mi sexo, como yo a ella, como yo a su sexo.

2 comentarios:

Jazmid SaMa dijo...

ah carajo ...

si ..nada personal

Elpeorbicho dijo...

realidad, ficcion?. Lo que se dice no es racional, lo que se calla es pasajero, lo que se sintio se oculta y lo que no se sintio se inventa....
Muy buen trabajo, ojala explores mas adelante otros fantasmas y pueda salir el Frank que conosco.