lunes, 19 de mayo de 2008

La puta

Hace días había estado dándole vueltas a un problema que me da duro, una situación que me desespera pero que poco a poco he aprendido a manejar y a sobre llevar de manera amable o eso creo, porque hay veces que en serio logra preocuparme y he llegado a desesperarme.
El problema es el siguiente: la inspiración.

Si se dieron cuenta, llevo más de una semana sin publicar nada nuevo en el blog, he estado completamente alejado del computador para escribir y de los libros ni se diga, he dejado de leer y no hay poder que logre motivarme a retomar la lectura de lo que tengo sobre el escritorio. Quiero terminarlos todos, devorármelos y seguir con los demás, pero no me animo, no se da lo necesario para que lo haga.

Como la semana pasada no había podido (querido) escribir, pues tampoco había querido (podido) leer. Había empezado un cuento que me tiene bastante entusiasmado, la verdad lo veo muy bien, pero por una extraña razón, cuando quise continuarlo, no pude, sencillamente no habían ideas, las cosas no fluían y el texto se cerraba frente a mí, como una muralla impenetrable, mi cuentico se negaba a dejarse manejar.

A lo largo de esta semana estuve pensando muchas cosas y sobre todo en el cuento, en cómo darle la vuelta, qué mas hacerle, cómo darle el toque que lo vuelva bonito o "medianamente aceptable" pero no salía nada, me acordé entonces de la puta y me di cuenta que no estaba allí, que era ella lo que me hacía falta.

La puta es una amiga que tengo desde hace tiempos, es de quien saco mis historias, la que me ayuda a escribir y me da más ideas. Es la puta porque es una ingrata, no le interesa nada sino hacerme creer que me produce placer, que con ella soy un dios en lo que hago, que sin ella no puedo vivir y que todos los momentos con ella son mágicos, pero luego se va, me deja aquí tirado y navegando entre extraños con historias que no me interesan porque sencillamente no puedo entender. Así que la puta también puede ser cualquiera, aquel que se deja robar una historia o el que me la ofrece y yo la desbarato; pero eso sí, la puta jamás será una mujer que se acueste conmigo, porque no hay nada mas doloroso que quedarse sin mujer y sin inspiración, aunque una cosa lleve a la otra y viceversa.




Afortunadamente la puta está por estos lados nuevamente, espero que se quede por un buen tiempo, aunque no tengo mucha plata para darle.

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